La premisa “dejar los problemas personales afuera de la oficina” terminó de perder su potencia con el trabajo remoto forzado por la pandemia. Antes, parecía que era una habilidad a desarrollar. Ahora, resultaría un pedido poco acertado dadas las nuevas condiciones que se van presentando. Somos seres emocionales. En la oficina, también.
Aunque quisiéramos, ¿es posible dejar los problemas personales fuera de la oficina como quien deja un bolso con ropa deportiva en el auto para cuando termine la jornada laboral?
¿Será que podemos disociar nuestro lado personal del profesional y segmentar los acontecimientos que ocurren en cada uno?
Lo cierto es que no podemos disociarnos. Sí podemos gestionar lo que nos ocurre para poder abordar las tareas de cada momento con mayor asertividad. Sin embargo, no es posible anular una de las dos.
Somos seres emocionales. En la oficina, también
La neurociencia aplicada al comportamiento humano confirma que somos seres emocionales. Quiere decir que estamos condicionados por nuestras emociones. Como dijo el Dr. Facundo Manes, neurólogo y neurocientífico argentino, “las emociones le dan color a nuestro estado mental”. Todo lo que hacemos está condicionado por una emoción de base.
Según Paul Ekman, psicólogo y científico, las emociones básicas son universales, espontáneas e inconscientes. Aparecen súbitamente y no podemos controlar este proceso de manera racional. Si bien podemos gestionar las emociones que nos ocurren, no podemos decidir, conscientemente, dejar de sentir una o aumentar la sensación de otra.
En su libro “Emociones reveladas”, enuncia las seis emociones en cuestión: ira, asco, tristeza, miedo, sorpresa y alegría.
Teniendo esto en cuenta, no nos podemos olvidar de las emociones y sentimientos que tenemos al momento de comenzar a trabajar. Es por ello que no podemos esperar que las situaciones que nos aquejan en un ámbito determinado, dejen de hacerlo en el instante en que cerramos la puerta.
Entrenando la inteligencia emocional
Daniel Goleman, psicólogo experto en inteligencia emocional y liderazgo, expresa que la mejor manera de gestionar nuestras emociones y mejorar la relación con los demás, es a través de nuestra inteligencia emocional.
Aprender a reconocer la emoción que estamos sintiendo, así como aprender a manejarla para mantenernos en un estado de equilibrio dinámico favorable, es la clave para aumentar la satisfacción personal, la motivación y la empatía.
Las emociones en la oficina
Cuando de mejorar nuestro estado emocional se trata, podemos utilizar diferentes técnicas y herramientas que favorezcan los resultados deseados. En esta ocasión, abordaremos una técnica muy utilizada para llevar a cabo las sesiones de coaching: la mayéutica de Sócrates. Esta técnica nos permite ampliar la percepción y la información a través de preguntas potenciadoras.
Hoy compartiremos 10 preguntas para que puedas comenzar a entrenar tu inteligencia emocional. Recuerda responder de manera amplia y utilizando expresiones que te aporten información de calidad.
Si sólo respondes “bien”, “mal”, “más o menos” tendrás un aporte muy acotado que limitará tus posibilidades de acción.
- ¿Cómo te sientes habitualmente?
- ¿Qué es lo que hace que te sientas así?
- ¿Cómo te gustaría sentirte?
- ¿Cómo harías para lograr sentirte de esta manera más seguido?
- ¿Qué podrías pedirles a tus colegas o a tu superior para que puedan apoyarte en esto?
- ¿Qué pasaría si los aspectos negativos se sostienen en el tiempo?
- ¿De quién depende que esto ocurra?
- ¿Cuándo vas a comenzar a realizar cambios?
- ¿Por dónde vas a comenzar?
- ¿Cómo te vas a dar cuenta de que los cambios han sido realizados?
Comenzar a responder estas preguntas permitirá aumentar tu autoconocimiento y gestión de ciertas emociones. Si bien, no será posible olvidarnos de los problemas personales al llegar al trabajo, podemos comenzar a identificar lo que nos ocurre y crear un plan de acción sencillo que nos permita sentirnos mejor.
Cuando nosotros logramos aumentar nuestra motivación, entusiasmo y nivel de energía, podemos abordar con más asertividad los nuevos desafíos que se van presentando.
Recuerda que el trabajo con un Neurocoach Profesional te permitirá alcanzar máximos resultados en pocas sesiones.
El mejor día para empezar es HOY
Andrea Alessio
Neurocoach Profesional & Agile Coach
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