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El Por Qué y el Para Qué, dos preguntas que parecen similares y que no lo son. Descubramos la diferencia entre ambas preguntas

Cuando se trata de averiguar los motivos que hay detrás de una acción, la pregunta más utilizada suele ser la que comienza con un “por qué”. ¿Por qué hiciste lo que hiciste? La respuesta que sigue a esta pregunta es absolutamente racional: “Porque sí”. Sin aportar más detalles ni posibilidades de una argumentación extendida.

Si se cambia el “por qué” por un “para qué”, entonces la respuesta será diferente. “¿Para qué hiciste lo que hiciste?”, “Para alcanzar la meta establecida”. De allí, derivarán las conversaciones más oportunas.

El Por Qué y el Para Qué: El aporte científico

Buscando una explicación científica para este fenómeno, nos encontramos con la activación de diferentes áreas cerebrales. Sin buscar entrar en grandes detalles, podemos decir que al preguntar “por  qué” se activa, principalmente, un área del cerebro correspondiente al lóbulo frontal denominada Corteza Prefrontal. Esta área es la encargada, entre otras tantas funciones, de dominar el razonamiento. Al preguntar “por qué” estamos activando esta función cognitiva, principalmente.

En cambio, cuando se pregunta “para qué”, además de activar la Corteza Prefrontal, se activan otras estructuras del cerebro medio, correspondientes al sistema límbico, encargado de regular las emociones y comportamientos frente a determinados estímulos. Esto quiere decir que, en la respuesta que se brinda a dicha pregunta, estarán involucradas sensaciones y sentimientos, por lo que la respuesta será mucho más amplia que una simple justificación.

El Por Qué y el Para Qué: La razón de ser

Cuando uno pregunta para qué apertura un mundo lleno de posibilidades. Cuando uno se queda en el por qué el camino parece acotarse.

Si quisiéramos descubrir el verdadero significado de algo, podríamos preguntarnos Para Qué. Ante esa primera respuesta, los invito a volver a preguntar un Para Qué en relación a esa última información aportada.

Veámoslo la diferencia con un ejemplo

Con la pregunta por qué

  • P: ¿Por qué lavas los platos?
  • R: Porque están sucios

Con la pregunta para qué

  • P: ¿Para qué lavas los platos?
  • R: Para que estén limpios y poder guardarlos
  • P: ¿Para qué quieres que estén limpios y guardados?
  • R: Para mantener el orden en la cocina
  • P: ¿Para qué es importante mantener el orden en la cocina?
  • R: Para poder tener más lugar para cocinar la próxima vez, para sentirme a gusto con el espacio y para mantener las condiciones de higiene
  • P: ¿Para qué es importante mantener las condiciones de higiene?
  • R: Para cuidar mi salud y la de mi familia
  • P: ¿Para qué es importante cuidar la salud de todos?
  • R: Para que nos sintamos bien, con energía y vitalidad
  • P: ¿Para qué es importante sentirse bien, contar con energía y vitalidad?
  • R: Para ser felices

Viendo este ejemplo creado para este artículo, podemos resumir que, además de lavar los platos porque están sucios, en su sentido más profundo y en su razón de ser más interna, lavamos los platos para ser felices.

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El Por Qué y el Para Qué: Analizando las respuestas

Si prestamos atención, la pregunta para qué nos permite descubrir el sentido más profundo y el significado más importante acerca de algo. Si bien no son preguntas excluyentes entre sí, tenemos que saber que realizar cualquiera de las dos nos brindará respuestas muy opuestas.

La pregunta por qué tendrá una respuesta racional y breve. La pregunta para qué tendrá una respuesta amplia y con cierta identidad.

Es por ello que los invito a que hagan este mismo ejercicio con algo cotidiano. Puede ser: cepillarse los dientes, bañarse, vestirse, colocarse calzado, barrer, limpiar los vidrios, lavar el auto, bañar al perro o un llamado a la abuela. Cualquier actividad, cuanto más cotidiana y simple mejor.

¿Para qué sirve realizar este ejercicio?

Para conectar con el propósito que nos mueve. Nuestro propósito es el que le da sentido a lo que hacemos, es el que valida nuestra razón de ser. Muchos creen que el propósito de vida es una frase filosófica que sólo algunos privilegiados llegan a encontrar.

Lo que no nos damos cuenta, es que vivimos nuestro propósito a diario. Descubrirlo en las pequeñas acciones del día a día y ser conscientes de que allí está, nos permitirá sentirnos más satisfechos, plenos y balanceados.

Conectar con él nos permite ser más resilientes, más flexibles, más compasivos, más generosos y, por sobre todas las cosas, más felices.

Anímate a descubrir tu propósito en tu día a día y verás como la filosofía de tu propósito de vida profesional se revela ante tíi como si fuera un sueño hecho realidad.

¡Recuerda! Los que tomamos acción, somos parte del cambio.  El futuro empieza hoy, no mañana

Andrea Alessio

Neurocoach Profesional

Directora Académica del Institute of Neurocoaching

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Andrea Alessio

Andrea Alessio

Andrea Alessio es argentina, reside en Buenos Aires. Es una científica del estudio del comportamiento humano. Ha realizado un estudio en profundidad para el Institute of Neurocoaching sobre La Neuropsicología del Emprendimiento que hoy divulga en estas Master Class. Credenciales: ✓ Neurocoach Profesional ✓ Máster en Neurocoaching ✓ Diplomado en Neurociencia Educativa ✓ Directora Académica y Manager del Institute of Neurocoaching

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